Gonzalo Vilariño es un entrenador físico que entro a
trabajar a un instituto para ciegos donde realizaban diferentes actividades Físicas
entre ellas el fútbol en donde la pelota tenía un sonido, había un guía que ponían
para guiar los pelotazos al arco y también se ponían unos antifaces los que no tenían
ceguera completa, un día Gonzalo se puso el antifaz para vivir la experiencia
de jugar sin visión en donde a un determinado tiempo se desoriento y ya no supo
dónde estaba.
Nos cuenta que para él este trabajo le costaba el doble ya
que no sabía cómo configurar sus actividades hacia las personas ciegas lo que
le costó bastante, comenzó a buscar herramientas y técnicas para hacer
actividades con las personas, se sentía incómodo en un principio pero le gusto
y se acomodó pensó en hacer un equipo de
alto rendimiento, les costó bastante que los consideren pares y los subestimaban.
Gonzalo les tenía mucha fe y participaron de un mundial de fútbol para ciegos y
llegaron a la final contra Brasil en donde todos pensaban que perderían. Cuando
llegaron al partido fueron recibidos con una ovación de argentinos esperándolos
y se sorprendieron de que esto pasara, ganaron la final y no fue lo único que
ganaron durante el tiempo que estuvieron vigentes como equipo.
Gonzalo nos dice que tuvo la suerte de entrenarlos y se
siente orgulloso de haber compartido con el equipo, sigue entrenando a equipos
con capacidades diferentes y ha ido desarrollando de mejor manera los equipos y
les saco de la cabeza que no podían jugar al fútbol dentro de una sociedad que
no los toma en cuenta además no hacerles la vida más fácil si no que todo lo
contrario, no se es consciente de las dificultades que tienen que sobrepasar a
diario en su vida cotidiana por no tener las condiciones especiales para ellos.
Para Gonzalo estos equipos le enseñaron como
salir a jugar cada partido en este campeonato que es la vida.